Las aguas de la ciudad de Hvalvik, en las islas Faroe (provincia autónoma de Dinamarca), volvieron a teñirse un año más de rojo. Como es tradicional, los habitantes de esta isla salieron a recibir a las ballenas calderón que llegan en primavera para matarlas. En esta ocasión, cayeron más de 180 ballenas piloto (Globicephala melaena).Visto en Soitu.es